Dos tercios del consumo energético mundial se producen en las ciudades. Con algo más de la mitad de la población mundial viviendo en ciudades en la actualidad, y un aumento esperado de hasta el 70 por ciento en 2015, se necesita un cambio drástico en nuestra forma de gestionar los entornos urbanos, si es que queremos reducir el consumo energético y las emisiones, y conseguir mantener bajo control el calentamiento global.
Ello es especialmente importante debido a que el 90 por ciento de las áreas urbanas de todo el mundo están situadas en la costa, donde los climatólogos esperan que se produzca el impacto más devastador del cambio climático, desde los crecientes niveles del mar hasta tormentas tales como el huracán Sandy de Nueva York.
¿Qué podemos hacer al respecto? Tenemos la tecnología necesaria para hacer a nuestras ciudades más “inteligentes”, es decir, podemos supervisar, optimizar, y controlar los sistemas clave de las ciudades, tales como los edificios, la energía y el transporte. Con este objetivo está en marcha un proyecto pionero en el distrito Kalasatama de Helsinki, Finlandia, donde ABB junto con Helsingin Energia, Fingrid (el operador de la red eléctrica de transporte), y el departamento de planificación de la ciudad, se han asociado para desarrollar una nueva zona de la ciudad. Lo que se pretende conseguir es una red eléctrica inteligente basada en normas de la industria, que dé soporte a un sistema eléctrico estable, seguro, eficiente y medioambientalmente sostenible. Esta red incorporará sistemas de gestión de respuesta a la demanda de los clientes, para garantizar que el exceso de energía procedente de las propias fuentes renovables del distrito, tales como paneles solares o turbinas eólicas, se puede verter en la red eléctrica, permitiendo así que los clientes interactúen con el operador de la red y con el mercado eléctrico, para reducir los picos de demanda y aumentar la eficiencia.
Este proyecto piloto empezó en 2010 cuando se pusieron en marcha y se probaron las últimas soluciones de redes inteligentes en el distrito, tales como la red en anillo cerrado de media tensión, la primera de este tipo en el mundo. Esta tecnología pionera está diseñada para garantizar la distribución fiable de electricidad y el uso eficiente de la energía. En la red en anillo, la electricidad se suministra de forma continua desde dos direcciones, con protecciones separadas en cada sección, lo que implica que, en caso de producirse un fallo, la sección correspondiente queda instantáneamente aislada y la energía sigue fluyendo sin interrupción hacia las secciones sanas. Esto, junto con las subestaciones secundarias controladas remotamente, reduce la duración de los cortes de tensión, que aunque sean infrecuentes, se aíslan rápidamente desde una sala de control central.
Por otra parte, el sistema de almacenamiento de energía, con capacidad superior a 1 megavatio (MW) se conectará a la subestación que está actualmente construyéndose en Kalasatama. Este sistema controla activamente la frecuencia, y suministra energía instantánea en caso de que se produzca un fallo en alta tensión, hasta que los generadores de reserva entren en funcionamiento.
Con este proyecto se construirán viviendas para 18.000 personas y unos 10.000 puestos de trabajo a primeros de la década de 2030, y la meta es desarrollar el distrito de Kalasatama de forma que sea un ejemplo de ciudad inteligente, demostrando que un sistema neutro en carbono, basado en energías renovables eólicas y solares, puede soportar entornos urbanos en continua expansión.
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