A
partir del mes de septiembre por las calles capitalinas empezarán a rodar taxis
eléctricos.
La reducción considerable en los gastos de operación,
como la gasolina y el cam
bio de aceite que pasarían de 18 millones de pesos
anuales a 6 millones, puso a soñar a los propietarios.
Ocho meses después del anuncio se concreta la idea. El próximo 2 de septiembre empieza a funcionar en Bogotá la primera importación de taxis eléctricos, con el apoyo de la Fundación Clinton. Los vehículos se distinguirán del resto porque 50 de ellos serán azules.
Por el momento se conoce que los taxis tendrán que ser recargados dos veces al día. En la noche sería la recarga lenta y en el transcurso del día una recarga de 30 minutos, que garantizarían un recorrido de 300 a 350 kilómetros diarios. Los puntos de conexión estuvieron a cargo de Codensa, entidad que debió instalar 35 de ellos en el norte, occidente y sur de la capital, con el fin de garantizar la efectividad del servicio.
Esta importación, que tuvo el 0% de arancel, fue posible gracias al Decreto 2658 de 2011 de los Ministerios de Ambiente y Desarrollo Sostenible, de Comercio y de Hacienda. En este mismo Decreto se aprobó la reducción definitiva del arancel de 15% a 5% para buses y camiones híbridos, eléctricos y dedicados a gas natural.
Sumado a este esfuerzo, por solicitudes de los Ministerios de Ambiente y de Transporte, se incluyó en la Reforma Tributaria de 2012, la reducción de IVA a buses y taxis eléctricos (incluyendo sus chasises y carrocerías) que operen en la prestación del transporte público, es decir, que estos automotores pagarán 5% en lugar de 16%.
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